lunes, 28 de septiembre de 2009

EL CRISTIANO Y LA DONACION DE ORGANOS

¿Qué es la donación de órganos?


Es el consentimiento expreso, o presumido, por parte de una persona, de que sus órganos se aprovechen después de su muerte para trasplantarse a personas portadoras de enfermedades crónicas, con el propósito de prolongarles la vida.

Por esa razón es que la donación de órganos es considerada como el mayor acto de bondad entre los seres humanos y aceptada por la mayoría de las religiones del mundo.
La donación y trasplantes de órganos y tejidos constituyen el avance terapéutico más importante en los últimos 50 años en el campo de la ciencia y la salud.

Se cree que desde la antigüedad el hombre imaginaba la posibilidad de reemplazar un órgano enfermo por otro sano y salvar así la vida de quien padecía una enfermedad terminal.
En los relatos Bíblicos que aluden a la creación de hombre encontramos algunos ejemplos como la costilla de Adán, extraída para dar origen a una nueva vida, a Eva. En otras culturas como la egipcia, la grecolatina, la hindú y la azteca; hay manifestaciones artísticas de cuerpos a los que se las han cambiado partes por otros seres (animales o humanos).

Con el transcurrir de los años la ciencia médica comienza a recorrer el camino que haría posibles años mas tarde concretar esta fantasía humana. Hace casi cien años, cuando Alexis Carrel describe las suturas vasculares, se abre la posibilidad táctica y quirúrgica de realizar un trasplante de órganos. Sin embargo, no fue sino has el 1976, cuando finalizo la era de los trasplantes experimentales y el comienzo de una nueva era de trasplantes exitosos, que posibilitan salvar la vida a miles de personas en el mundo entero.

De manera que a la fecha, cientos de miles de personas han logrado sobrevivir o mejor de vida, gracias al trasplante de algún órgano por un determinado donante.

Los especialistas dicen que los órganos de una persona donante pueden salvar o ayudar hasta 50 personas. Los órganos que se pueden donar incluyen:


· Órganos internos: riñones, corazón, hígado, páncreas, intestinos, pulmones.
· Piel
· Hueso y Medula Ósea
· Cornea
· Sangre (aunque directamente no es un órgano).

La mayoría de las donaciones de órganos y tejido ocurre cuando el donante fallece. Pero algunos pueden ser donados en vida. Como por ejemplo, la donación de un riñón y la donación de sangre.
¿Quiénes pueden ser donantes? Los donantes pueden ser personas de todas las edades y orígenes. Si es menor de 18 años, sus padres o su tutor deben autorizarlo a ser donante. Si es mayor de 18 años, puede indicar que desea ser donante firmando una tarjeta de donantes, o comunicarle sus deseos a su familia, principalmente por motivos de seguridad en aquellos países tercermundistas.

ARGUMENTOS CONTRARIOS A LA DONACION DE ORGANOS

Entre los evangélicos, en algunos lugares, existen argumentos populares contrarios a la donación de órganos, aun entre los mismos hermanos.
1. La comercialización de órganos humanos. Lamentablemente se ha informado de casos en que algunos órganos fueron objeto de venta, lo cual causa desconfianza entre muchas personas.
2. La discriminación. Hay la preocupación con el uso de órganos de modo diferenciado para pobres o para ricos.
3. La integridad del cuerpo. En la cultura judeo-cristiana, el cuerpo es considerado sagrado, y la retirada de órganos es una forma de profanación del cuerpo.
4. La esperanza de un milagro. Hay hermanos que son contrarios a la retirada de órganos por creer que Dios puede realizar una sanidad o un milagro de resurrección del muerto. Catalogan al donante o al receptor como falto de fe.
5. Preocupación con la resurrección. Hay quienes se preocupan con el hecho de la resurrección, alegando que en aquel momento faltaría una parte del cuerpo en caso de la donación de un órgano.
6. La prohibición por parte de la Biblia de beber sangre. Hay quienes piensan que la donación de sangre es una forma de comer sangre, lo que esta prohibido por la Palabra de Dios.

Estos seis argumentos contrarios son los mas usados por quienes se oponen a que se hagan la donación de órganos, por ser contraria a la Palabra de Dios en Génesis 9:4.

Veamos que la Biblia nos puede decir para contextualizar:


1. Mateo 7:12 (“así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”). Si usted como padre tiene un hijo que sufre de problema cardiaco crónico, irreversible, a quien los médicos dan pocas posibilidades de que sobreviva, sin duda desea ansiosamente que los médicos encuentren un corazón de alguien, que dé esperanzas de prolongarle la vida a su hijo. Esto se enmarca en lo que dice la regla de oro.
2. UNA EXPRESION DE AMOR. Salvar la vida de alguien es, sin duda, una demostración de elevado sentido espiritual y moral. Nuestro Señor Jesucristo no sólo donó algún órgano por nosotros, sino que dio toda su vida en nuestro lugar (1 Juan 3:16-17 “en esto hemos conocido el amor, en que El puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra el su corazón, ¿Cómo mora el amor de Dios en el?”). El apóstol Pablo no sólo habla de dar la vida, sino de bienes; por lo que también podemos entender que un órgano a ser donado es un bien del más elevado valor para la salvación de la vida orgánica de un enfermo.
3. NO HAY CONSECUENCIA EN LA RESURRECION. En la resurrección, no habrá ningún problema en cuanto a tener o no un determinado órgano. Hay personas mutiladas, sin piernas y sin brazos, sin ojos; pero que, al resucitar, tendrán cuerpo espiritual perfecto (Filipenses 3:20-21). El cuerpo será cuerpo glorioso y cuerpo espiritual (1 Corintios 15:42-43), que no necesitara de órganos físicos. El cuerpo que va a resucitar será el cuerpo que fue sepultado, pero convertido en cuerpo espiritual. Si no fuera así, no tendría sentido hablar de resurrección.
4. EL DONAR SANGRE. El donar o la transfusión de sangre no es comer o beber sangre, pues el proceso de absorción de la sangre, directamente por las venas del receptor, no es lo mismo que ocurre cuando se ingiere algo a través del aparato digestivo. Es ignorancia de quien piensa que la transfusión de sangre es lo mismo que comer sangre.
De manera que podemos ratificar que el cristiano puede ser un donante o receptor de órganos, y por ende todo ser humano que goce de salud y que sea compatible con la persona que necesita el órgano. .

En nuestro país mueren muchas personas cada año por problemas de insuficiencia renal, hepática, hepatitis, cirrosis y del corazón; cuando pueden sobrevivir con un trasplante del órgano afectado. En los países desarrollados los trasplantes de órganos provenientes de cadáveres cada día aumentan porque los programas que se limitan a donantes tienen más limitaciones y ponen en riesgo la vida del donante; es por eso que aquí se promueve que esos programas estén basados en cadavéricos. Por eso es que la Plaza de la Salud inicio un proyecto de concienciar a la población dominicana sobre la necesidad de que la gente, cuando muera, autorice a su familia la donación de sus órganos. Incluso, en nuestro país existe desde hace años una legislación, la ley 329-98, que regula la donación y el trasplante de órganos y tejidos.

En cuanto a lo religioso, casi todas las religiones principales del mundo apoyan la donación y trasplante de órganos. La iglesia católica en la carta Encíclica “Evangelium Vital” aprobó la donación de órganos. La iglesia anglicana autorizo a toda su membrecía a ser donantes de órganos, la iglesia evangélica tampoco expresa desacuerdo en cuanto a esto.

Así que, usted puede decirle a su familia, que en caso de que usted muera, que ofrezcan sus órganos a alguien que lo necesite, estos podrán comunicarse con la sociedad dominicana de trasplantes, con la fundación del banco de corneas en nuestro país al 809-567-2686 o hacer un llamado por un medio de comunicación social de masas.

La donación y el trasplante de órganos y tejido no contradicen la Palabra de Dios.

domingo, 13 de septiembre de 2009

EL CRISTIANO Y LA CIRUGIA PLASTICA.

EL CRISTIANO Y LA SIRUGIA PLASTICA.

En esta semana analizaremos, a la luz de la Biblia, acerca de las cirugías plásticas: la Liposucción, injertos de siliconas, arreglo de nariz, mentón, barbillas, entre otros.

¿Qué dice la Biblia respecto a que un cristiano se haga una cirugía plástica?

Antes de proceder con la respuesta a esta interrogante, debemos definir este término y sus características.

Llamamos cirugía plástica, a la especialidad medica dedicada al estudio y tratamientos quirúrgicos de las alteraciones de la fisonomía externa del cuerpo humano, hereditaria o adquirida.
La cirugía plástica se caracteriza por dos vertientes: la cirugía plástica reparadora y la cirugía plástica estética.

La cirugía plástica reparadora, trata a pacientes que requieren reconstrucciones, reparación de ciertas estructuras de cobertura y soporte, malformaciones congénitas, y secuelas de procesos adquiridos por traumatismos o tumoraciones, de cualquier zona del cuerpo.
Mientras que, la cirugía plástica estética, trata a pacientes sanos que solicitan la mejora estética de zonas de su cuerpo, por considerarlas antiestéticas o mejorables.

Observamos entonces que la diferencia entre una y otra es que el paciente sea sano.
LAS MÁS COMUNES:

De acuerdo con la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, los procedimientos quirúrgicos mas comunes son con fines cosméticos: el aumento o elevación del busto, liposucción (la extracción de grasa del cuerpo), restiramiento facial, levantamiento de los parpados, glúteos y otras partes del cuerpo; inyecciones de botox o grasa, remodelación de nariz y rostro, y el tratamiento de varices en las piernas.
Aproximadamente dos millones de personas se sujetan a esta clase de procedimientos quirúrgicos cada año, invirtiendo mucho dinero y sacrificando tiempo y comodidad.

LA BIBLIA Y ESTOS PROCEDIMIENTOS.
Las Sagradas Escrituras no se refieren específicamente a un cristiano que se someta a una cirugía plástica o cosmética. No hay nada en la Biblia que indique que una cirugía plástica sea mala en si misma. ¿Por qué no dice nada? Es de suponer que en los tiempos en que se escribió la Biblia, no se hacían cirugías plásticas; por tanto, es obvio que no diga nada. Pero hay textos que podemos aplicar a esto. Sin embargo, aquí hay varias cosas que uno necesita considerar antes de decidir someterse o no a estos procedimientos.

1ro. ALTERAR NUESTRO CUERPO ES ANTINATURAL. Nadie debería permitirse ponerse bajo el cuchillo sin antes haber analizado concienzudamente todas las opciones, riesgos y efectos secundarios involucrados con tal cirugía. Muchos han fallecido con un procedimiento tal. Otros han tenido que someterse a una medicación constante y a un proceso de adecuación muy exhaustivo. También es necesario que la persona tome bien en cuenta cual es su motivación para desear la cirugía.

2DO. EL COSTO. Otro problema seria el costo. La mayoría de las compañías de seguros no cubren los costos asociados con cirugías cosméticas, así que los gastos saldrán todos del bolsillo del paciente. Esta es una consideración importante, porque casi toda la gente tiene una familia cuyas necesidades debe atender y los gastos por la cirugía plástica jamás deberán anteceder a las necesidades de la familia. La Biblia nos dice que necesitamos usar sabiamente el dinero que Dios nos ha confiado (Proverbios 11:24-25).

3RO. CONSECUENTICAS POST QUIRURGICAS. Cualquier tipo de cirugía implica riesgos. Los pacientes difieren en su anatomía y en su capacidad de sanar, por eso surgen algunas complicaciones asociadas con la cirugía plástica, que pueden ser: infecciones, hemorragia excesiva, magulladuras, dificultad para que la herida sane, problemas con la anestesia, problemas con la cirugía, etc. Aunque muchas veces estos riesgos aumentan de acuerdo a los hábitos o la salud del paciente.

Considerando estas variables debemos entonces analizar lo siguiente.

En primer lugar, en el caso de la cirugía reconstructiva, ya sea que la persona haya nacido con una malformación congénita (estrechez uretral, una mano o pie torcido, testículo ectotopico, entre muchas más), o de una malformación provocada por algún accidente o enfermedad. En ambos casos, el creyente podrá someterse a la misma, especialmente cuando su salud o su vida corre peligro, cuando esta de por medio un desenvolvimiento normal en su vida (procrear o concebir). Ahora bien, el creyente deberá recurrir primeramente al Médico de los médicos, a Jesucristo, el cual es capaz de sanar todo tipo de enfermedad, congénita o no. A veces, oramos solamente para que Dios dirija al medico; pero seria mas efectivo orar para no llegar al médico. Hay muchos testimonios de operaciones por parte de Dios. En el caso que Dios decida usar la ciencia, entonces oramos para que Dios provea el dinero y dirija el procedimiento completo.

En segundo lugar, en el caso de la cirugía estética, el creyente debe considerar a fondo la motivación por la cual se somete a una cirugía estética. Cuando la motivación es el de la vanidad, esa persona cae en lo que se le ha denominado como EL CULTO AL CUERPO. Esa persona se ha convertido en su propio ídolo. La Biblia nos advierte que no seamos vanos o engreídos: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a el mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Filipenses 2:3-4).

Estamos viviendo en una sociedad altamente hedonista, materialista, competitiva y obsesionada con la apariencia del cuerpo. Hay una proliferación de Gimnasios, dietas, masajes, cirugías, tatuajes, exhibición del cuerpo (los senos), bronceado artificial, escotes bajitos, pantalones y faldas talle bajito, etc. El diablo ha provocado que el hombre y la mujer actual idolatren su cuerpo; y esta influencia ha pasado hasta los creyentes; ahora bien, los creyentes no debemos ser empujados por la cultura o por la moda; porque lo que hoy puede ser un simple levantamiento del busto, mañana será otra cosa; es por eso que San Juan nos advierte: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no esta en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:15-17).

De manera, que la gran mayoría de las cirugías estéticas ¿Quién la pide? ¿La pide el espíritu o la carne? ¿Cristo o mi carne? ¿Me preocupo más por mi apariencia física que por mi apariencia espiritual? ¿Si me arreglo algo ahora joven, como me sentiría cuando envejezca?

Lo más importante que debe hacerse antes de tomar la decisión de someterse a una cirugía plástica es consultar a Dios. Dios se interesa en cada uno de nuestros problemas (1 Pedro 5:7). Dios nos dará su dirección y nos ayudara con nuestra autoestima, la Biblia dice: “Engañosa es la gracia y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, esa será alabada” (Proverbios 31:30).

VANIDAD. Aun con el cirujano plástico más hábil, no se puede detener el paso del tiempo, y todas las cirugías cosméticas eventualmente llegaran al mismo resultado: el envejecimiento. Aquellas partes del cuerpo que fueron levantadas, se colgaran de nuevo y aquellos rasgos faciales que fueron alterados cosméticamente, eventualmente se arrugaran. Es mejor esforzarse en embellecer lo interior: “Vuestro atavió… sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios” (1 Pedro 3:4)

Algo más, la gran mayoría de las cirugías plásticas se llevan a cabo como un intento por llenar vacios emocionales de maneras físicas, para atraer la atención o para buscar la aprobación de los demás. Hay algunos casos, en que hay ligeras anormalidades que hacen sentir a algunos incómodos con ellos mismos, tales como una nariz deformada o muy grande, la obesidad, entre otros: debemos observar esto en una perspectiva un poco diferente, pues hay factores especiales que llevan a la gente a someterse a ciertos procedimientos estéticos. Veamos:

LA RINOPLASTIA (corrección estética de la nariz). Las personas que tienen una nariz deforme o muy grande, frecuentemente, sienten una muy baja autoestima. Esta baja autoestima proviene principalmente de la niñez (es objeto de burla). Los padres tienen una gran responsabilidad en los hijos que tienen un defecto estético así (si se considera un defecto), ellos deben alimentar la autoestima y orar al Señor para que las burlas en las escuelas o en su medio, no le estorben. Ahora bien; en el caso de que su autoestima haya lastimada por su familia, sus padres, sus amigos; la persona debe orar mucho al Señor para que le ayude a fortalecer su vida emocional, y si se va a someter a una rinoplastia, que pida mucha dirección al Señor.

LIPOSUCCION. O lipoaspiracion es una tecnología sanitaria que se utiliza para la extracción de grasas o tejido adiposo de ciertos sitios del cuerpo. Muchos han utilizado este procedimiento para remodelar su silueta y otros para fines sanitarios (para lo cual fue inventado en el 1974). Es una de las opciones que son utilizadas para combatir la obesidad, ya sea exógena o endógena. En el caso de una persona muy obesa, en donde los ejercicios y las dietas sean un fuerte inconveniente que enfrentar (los ejercicios y las dietas es lo mejor para enfrentar la obesidad), creemos que no es del todo condenable someterse a este procedimiento; sin embargo, debe también considerarse la intervención de Dios primeramente. También están las cirugías restrictivas y absorsivas, o sea: la banda gástrica, la gastroplastia, el By Pass. Estas cirugías son mucho más complicadas, además de que no todas las personas son tributarias de estas cirugías; incluyendo también, de que, el que someta a esto, deberá de transitar por un camino diferente en su vida. También es importante la dirección de Dios aquí. Claro, no lleguemos a ese nivel, cuidemos nuestro cuerpo ahora que podemos, y los que están aumentando mucho de peso, sométanse a un régimen de cuidado y de disciplina alimenticia, recordemos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu (1 Cor. 6:19).
Ante toda circunstancia o condición en la que estemos, nuestra imagen externa no es más importante que nuestra apariencia interna. No debemos dejarnos llevar por la vanidad, ni por el hedonismo de esta sociedad. El Señor deberá ser nuestra meta, nuestro centro; nuestro corazón deberá estar lleno del Espíritu Santo (“donde este vuestro tesoro, allí estará su corazón”). Dios puede sanar nuestras emociones, puede levantar nuestra baja autoestima que nos incline a un procedimiento quirúrgico para simplemente vernos mejor físicamente (no se trata de una prótesis, lo cual no conlleva bisturí), se trata de cirugías estéticas que buscan llenar vacios emocionales.
Creo que a Dios le desagrada que invirtamos nuestros bienes en cosas pasajeras, tanta necesidad en la obra del Señor, y alguien preocupándose por levantarse los senos, por inyectarse botox, por arreglarse los glúteos, por tener una cinturita de avispa, por taparse las arrugas, por levantarse los parpados; no no no, Dios le pedirá cuenta.
MINISTRO HILARIO BALIO

miércoles, 9 de septiembre de 2009

LOS NEGOCIOS DE PRESTAMOS Y LA BIBLIA

SEGMENTO: CONTEXTUALIZACION BIBLICA.

Hablaremos sobre los negocios de prestamos, los bancos y los prestamistas a réditos.
Inicamos con la siguiete pregunta:

¿Es licito cobrar intereses por prestamos otorgados? ¿Qué podemos decir de conformidad con la Palabra de Dios? ¿puede un cristiano incursionar en este tipo de negocio?

Primeramente, tenemos que definir algunos términos.

El préstamo es una operación mediante la cual una entidad financiera (banco u otra entidad financiera) pone a nuestra disposición una cantidad determinada de dinero mediante un contrato. Quien entrega el dinero se denomina prestamista; mientras que el que recibe el dinero se llama prestatario.

Casi siempre este préstamo esta acompañado de un plazo y de comisiones o intereses.

Se llama interés del préstamo al cargo que se cobra al que toma el prestado por utilizar el dinero o capital de otra persona o entidad. Pagando dicho interés a intervalos convenidos y que se expresa comúnmente como un porcentaje anual del capital no pagado.

El préstamo puede ser hipotecario, prendario o personal.

Es hipotecario cuando el prestatario pone en garantía uno o varios inmuebles, con esta garantía el prestamista garantiza que su dinero será recuperado en el caso de que el deudor no pueda pgar.
Es prendario, cuando el prestatario o deudor recibe el préstamo poniendo una prenda (vehiculo o cualquier otro bien) como garantía.

El préstamo es personal, cuando la entidad no suele contar con una garantía especial para el recobro de lo prestado. A veces se incluye a un fiador en la misma condición.

Contestando la primera pregunta del inicio, sobre si es pecado recibir intereses por prestamos otorgados, debemos destacar lo siguiente:

La Palabra de Dios se refiere a la usura. ¿Qué es la usura? Se llama asi al interés desmedido o ganancia excesiva que se percibe por un préstamo. ¿Cómo determinamos el exceso en préstamo, que lo tipifique de usura? El exceso se determina de conformidad con dos variables:

1. La tasa de interés legal establecida por el banco central.
2. La tasa de interés regular, establecida en las entidades informales.

La tasa de interés legal rige para los bancos e instituciones oficiales es la medida para determinar la tasa de interés máxima en los bancos comerciales. Tambien, hay un tasa de interés en las financieras o negocios de prestamos, que es mas alta que la de los bancos comerciales, por la razón de la rapidez con que otorgan el dinero solicitado. Pero también existen los prestamistas informales, los cuales tienen un interés muchos mas alto.

La Biblia nos habla constantemente en contra de la usura (Ex 22:25; Lev 25:35-37; Salmo 15:1,5; Prov 28:8; Ezeq 18:12-13). La usura, ya dijimos puede determinarse de conformidad en la tasa de interés regular.

La biblia hace mencion de los bancos, pero la referencia que hace de ellos no es condenativa (Mateo 25:27). No solo hace mencion de los bancos, sino también de los intereses; otorgándole normalidad a este tipo de negocio.

Consideramos que el negocio de los bancos o financieras, de por si no es pecado; ahora bien, lo que a Dios le desagrada es lo siguiente:

*- Intereses desmedidos. Por encima de lo normal, que provoque dificultad para pagar.
*- Abusos a la hora de cobrar, si el mismo es hipotecario o prendario.

Algunas personas cuestionan el cargo de cualquier interés sobre préstamos, pero muchas veces en la Biblia vemos que es de esperarse el recibir una tarifa justa de interés sobre el dinero prestado (Proverbios 28:8, Mateo 25:27); esto es asi, ya que, por ser un negocio legal, tienen que cargar intereses; por la razón de que hay varios gastos que estas deben incurrir, están: los costos de operaciones del negocio, el pago de impuestos derivados del negocio, el riesgo de inversión de ese capital y lo que dejaría de percibir el prestatario prestando ese dinero. Ahora bien, el interés que reciba debe ser justo, suficiente para cubrir sus costos y para ganancia del negocio; sin embargo, hay quienes cobran mas de lo justo y vienen a usura. Se dice que el interés justo de una financiera o negocio de prestamos es de aproximadamente 4:5 ó 5 % mensual. Con un gasto de cierre de 3% para gastos legales. Toda suma que ascienda a esos porcentajes, entran en la categoría de usura.

Por ejemplo, los prestamistas, no pagan impuestos, tienen muy bajo costo de operaciones, pero llegan a cobrar hasta 10% semanal. Ciertamente, estos sobrepasan la usura; a pesar de que tienen mayor riesgo, por ser prestamos informales; no obstante, perciben cerca de un 40% mensual ó 480 % anual. Lo cual es excesivamente abusivo y aplastante.

En el antiguo Israel, la ley prohibía cargar intereses en una categoría de préstamos, aquellos hechos a los pobres (Levítico 25:35-38) Esta ley tenía muchas implicaciones sociales, financieras y espirituales, pero hay dos en especial que vale la pena mencionar. Primero, esta ley ayudaba genuinamente a los pobres al no empeorar su situación. Era ya bastante malo el haber caído en la pobreza, y pudiera ser humillante el tener que buscar asistencia; pero si adicionalmente al pago del préstamo, una persona pobre tenía que ser aplastada por el pago de intereses, la obligación resultaría más perjudicial que benéfica.

De conformidad a lo que hemos estudiado, un cristiano puede tener un banco o negocio de prestamos (financiera), siempre que éste sea justo con los interés que percibe de los prestamos que otorga; pues es su trabajo y/o sustento personal. Por supuesto que debe ser una persona de fe y de búsqueda espiritual para no verse tentado a mentir, ni a querer ganar mas dinero de lo que debe, que muchas veces implica despojar a alguien de lo único que tiene. Debe mantenerse constantemente orando para que Dios ilumine los negocios que efectue, no solo por riesgo de perder su dinero, sino también por el riesgo espiritual que corre con ese tipo de negocio.

Por el otro lado, el Cristiano prestamista (que hace prestamos informales) que reciba un interés por encima de un 5% mensual esta en falta delante de Dios, pues esta practicando la usura.

En cuanto al Cristiano que solicita los prestamos, La sabiduría de la Biblia nos enseña que usualmente no es buena idea endeudarse. Las deudas nos hacen esencialmente esclavos de aquel a quien debemos. Al mismo tiempo, en algunas situaciones, el endeudarse es un “mal necesario”. En tanto que el dinero sea manejado de una manera sabia, y los pagos de la deuda sean manejables – un cristiano puede tener la carga de una deuda financiera si resulta necesario. Puede endeudarse, pero con mucho cuidado y planificación. También recomendamos orar eficazmente delante de Dios para que lo dirija en ese préstamo.



MINISTRO HILARIO BALIO

EL CRISTIANO Y LOS JUEGOS DE AZAR

SEGMENTO CONTEXTUALIZACION BIBLICA.

TEMA: LA BIBLIA Y LOS JUEGOS DE AZAR. domingo 23 de agosto 2009

Lamentablemente en la Biblia no hay textos que hablen directamente de los juegos de azar. Sin embargo hay una serie de textos en la Escritura que se refieren a los principios envueltos. Estos son algunos:

NO CODICIARAS. El décimo mandamiento que se encuentra en Éxodo 20:17 habla sobre la codicia, la cual es la raíz de la mayoría de nuestros problemas. ¿Cuál es una de las razones por las que la gente juega a la lotería y otros juegos similares? Ellos codician dinero rápido y fácil. 1º Timoteo 6:10 declara que “... raíz de todos los males es el amor al dinero...” Por lo tanto, la atracción del juego y la lotería obviamente encaja bajo estos textos. Proverbios advierte acerca de desastres para las personas que desean enriquecerse rápidamente (28:20,22).

NUESTROS TALENTOS. Pero hay más. Dios ha dado a cada persona ciertos talentos, los cuales entre otras cosas incluyen el tiempo, el dinero, la influencia y una cantidad de otros ítems relacionados. Él va a pedir a cada persona estricta cuenta de cómo éstos fueron usados. Si son desperdiciados y desechados, a menudo los indulgentes no son los únicos que pagan el precio. Las familias a menudo tienen que sufrir la insatisfacción de las necesidades básicas por causa de la adicción al juego de uno de los miembros.
NUESTRO CORAZON. Mateo 6:21 registra a Cristo diciendo “porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” Para aquellos que se comprometen en este tráfico, el dinero es el mutilador principal de su vida. En una parábola Jesús dijo del rico insensato que éste se condenó a sí mismo diciendo cuán rico era que derrumbaría sus graneros para construir otros más grandes... Seguramente recuerdas que la historia termina con el hombre muriendo esa misma noche. Entonces ¿a quién le pertenecerá esta riqueza? (Lucas 12:13-21).Como tú sabrás, algunas iglesias aprueban el bingo y las loterías como un medio para recaudar dinero con fines caritativos. Aún así, somos de opinión que los cristianos que sean giados por el Espiritu desaprueban los juegos de cualquier clase, sea lotería, máquinas tragamonedas, carrera de caballos o de perros, pelea de gallos, ruleta rusa, póquer, bridge, al beisbol, Basket o Futbol, rifas y hasta tirar la moneda para ver quien paga la gaseosa, etc. ¿Por qué? Mateo 7:16 dice, “por sus frutos los conoceréis.”
¿Cuáles son los frutos de los juegos de azar? Tom Dewey, un político norteamericano, se dirigió a la legislatura de Nueva York de la siguiente manera: “toda la historia del juego legalizado en este país y en el exterior muestra que ha traído nada más que pobreza, crimen y corrupción, desmoralización de los parámetros éticos y morales, y últimamente un nivel de vida más bajo y miseria para toda la gente.” Un jugador puede llegar a ser tan adicto a su pasatiempo como el alcohólico lo es al alcohol y el drogadicto lo es a las drogas.
NUESTRO DINERO PERTENECE A DIOS. Un principio orientador y una verdad que una vez percibida penetra el corazón es que ambos, el tiempo de uno y el dinero, pertenecen a Dios. “Ustedes han sido comprados por precio” (1º Corintios 6:20). Considera la parábola de los talentos donde el dueño le dio a un siervo 5 talentos, a otro le dio 3 y al último le dio sólo1. Este último hombre escondió su talento en la tierra. El dueño lo reprochó. ¿Cuánto más severo hubiera sido el reproche si él lo hubiera jugado todo? Si tu tiempo y dinero fueran de tu propiedad, podríamos decirte “juega todo por favor, es tu propio negocio.” Pero jugar con dinero que no es propio, desperdiciar tiempo que no nos pertenece, nos hace nada menos que ladrones a los ojos de Dios. Y la Biblia dice que un ladrón no entrará en el reino de los cielos (1º Corintios 6:9, 10).Dios utiliza el dinero para lograr importantes propósitos para mi vida:
Suplir necesidades básicas (Mat. 6:11; I Tim. 6:8).
Construir mi carácter (Fil 4:10-13).
Darme dirección al proveer o retener recursos económicos en mi vida.
Ayudar a otros por intermedio de mí.
Mostrar su poder al proveer milagrosamente.
Pregunta: ¿Los juegos de azar proveen estos resultados? ¿Estoy esperando en Dios o en la lotería para la provisión de mis necesidades?OTRAS RAZONES.
La riqueza que llega fácilmente, también se va fácilmente (Prov. 13:11).
La riqueza obtenida de forma incorrecta destruye las familias (Prov. 15:27).
El juego de azar puede ocasionar una adicción, y aunque tú no caigas presa de él, no obstante tu ejemplo puede ocasionar que otros caigan esclavos del mismo (I Cor. 8:9, 13).Para quien imita a Cristo, las promesas de Dios son muy claras, “todo les será para bien” aunque no sea en el tiempo que nosotros queramos. Pero esto implica confiar en que Dios provee lo necesario en el tiempo indicado, así como Jesús dijo que a las aves no les faltaba de comer ni lugar para dormir.¿Porqué apostamos, jugamos al bingo o compramos boletos de lotería y rifas?"Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo (se vuelven esclavos de sus muchos deseos), y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males, codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre." 1 Timoteo 6.9-11.
Todas las formas de juegos de azar —desde la rifa entre amigos a los casinos y la lotería— son inaceptables para el Cristiano, pues con las apuestas, la persona esta buscando la suerte, no la voluntad de Dios, gastando el dinero que es producto de su trabajo o ahorro, los cuales han sido dados por Dios. Apostar ha llevado a la banca rota a muchos por gastar el dinero dado por Dios en la suerte y no en las buenas obras o para vivir. Muchos matrimonios han sido roto por los apostadores compulsivos, y empleos han sido perdidos por los adictos a las apuestas.
ASI QUE YA SABEMOS QUE, AUNQUE NO SEA EXPLICITO, LA BIBLIAREPRUEBA LOS JUEGOS DE AZAR.