domingo, 13 de septiembre de 2009

EL CRISTIANO Y LA CIRUGIA PLASTICA.

EL CRISTIANO Y LA SIRUGIA PLASTICA.

En esta semana analizaremos, a la luz de la Biblia, acerca de las cirugías plásticas: la Liposucción, injertos de siliconas, arreglo de nariz, mentón, barbillas, entre otros.

¿Qué dice la Biblia respecto a que un cristiano se haga una cirugía plástica?

Antes de proceder con la respuesta a esta interrogante, debemos definir este término y sus características.

Llamamos cirugía plástica, a la especialidad medica dedicada al estudio y tratamientos quirúrgicos de las alteraciones de la fisonomía externa del cuerpo humano, hereditaria o adquirida.
La cirugía plástica se caracteriza por dos vertientes: la cirugía plástica reparadora y la cirugía plástica estética.

La cirugía plástica reparadora, trata a pacientes que requieren reconstrucciones, reparación de ciertas estructuras de cobertura y soporte, malformaciones congénitas, y secuelas de procesos adquiridos por traumatismos o tumoraciones, de cualquier zona del cuerpo.
Mientras que, la cirugía plástica estética, trata a pacientes sanos que solicitan la mejora estética de zonas de su cuerpo, por considerarlas antiestéticas o mejorables.

Observamos entonces que la diferencia entre una y otra es que el paciente sea sano.
LAS MÁS COMUNES:

De acuerdo con la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, los procedimientos quirúrgicos mas comunes son con fines cosméticos: el aumento o elevación del busto, liposucción (la extracción de grasa del cuerpo), restiramiento facial, levantamiento de los parpados, glúteos y otras partes del cuerpo; inyecciones de botox o grasa, remodelación de nariz y rostro, y el tratamiento de varices en las piernas.
Aproximadamente dos millones de personas se sujetan a esta clase de procedimientos quirúrgicos cada año, invirtiendo mucho dinero y sacrificando tiempo y comodidad.

LA BIBLIA Y ESTOS PROCEDIMIENTOS.
Las Sagradas Escrituras no se refieren específicamente a un cristiano que se someta a una cirugía plástica o cosmética. No hay nada en la Biblia que indique que una cirugía plástica sea mala en si misma. ¿Por qué no dice nada? Es de suponer que en los tiempos en que se escribió la Biblia, no se hacían cirugías plásticas; por tanto, es obvio que no diga nada. Pero hay textos que podemos aplicar a esto. Sin embargo, aquí hay varias cosas que uno necesita considerar antes de decidir someterse o no a estos procedimientos.

1ro. ALTERAR NUESTRO CUERPO ES ANTINATURAL. Nadie debería permitirse ponerse bajo el cuchillo sin antes haber analizado concienzudamente todas las opciones, riesgos y efectos secundarios involucrados con tal cirugía. Muchos han fallecido con un procedimiento tal. Otros han tenido que someterse a una medicación constante y a un proceso de adecuación muy exhaustivo. También es necesario que la persona tome bien en cuenta cual es su motivación para desear la cirugía.

2DO. EL COSTO. Otro problema seria el costo. La mayoría de las compañías de seguros no cubren los costos asociados con cirugías cosméticas, así que los gastos saldrán todos del bolsillo del paciente. Esta es una consideración importante, porque casi toda la gente tiene una familia cuyas necesidades debe atender y los gastos por la cirugía plástica jamás deberán anteceder a las necesidades de la familia. La Biblia nos dice que necesitamos usar sabiamente el dinero que Dios nos ha confiado (Proverbios 11:24-25).

3RO. CONSECUENTICAS POST QUIRURGICAS. Cualquier tipo de cirugía implica riesgos. Los pacientes difieren en su anatomía y en su capacidad de sanar, por eso surgen algunas complicaciones asociadas con la cirugía plástica, que pueden ser: infecciones, hemorragia excesiva, magulladuras, dificultad para que la herida sane, problemas con la anestesia, problemas con la cirugía, etc. Aunque muchas veces estos riesgos aumentan de acuerdo a los hábitos o la salud del paciente.

Considerando estas variables debemos entonces analizar lo siguiente.

En primer lugar, en el caso de la cirugía reconstructiva, ya sea que la persona haya nacido con una malformación congénita (estrechez uretral, una mano o pie torcido, testículo ectotopico, entre muchas más), o de una malformación provocada por algún accidente o enfermedad. En ambos casos, el creyente podrá someterse a la misma, especialmente cuando su salud o su vida corre peligro, cuando esta de por medio un desenvolvimiento normal en su vida (procrear o concebir). Ahora bien, el creyente deberá recurrir primeramente al Médico de los médicos, a Jesucristo, el cual es capaz de sanar todo tipo de enfermedad, congénita o no. A veces, oramos solamente para que Dios dirija al medico; pero seria mas efectivo orar para no llegar al médico. Hay muchos testimonios de operaciones por parte de Dios. En el caso que Dios decida usar la ciencia, entonces oramos para que Dios provea el dinero y dirija el procedimiento completo.

En segundo lugar, en el caso de la cirugía estética, el creyente debe considerar a fondo la motivación por la cual se somete a una cirugía estética. Cuando la motivación es el de la vanidad, esa persona cae en lo que se le ha denominado como EL CULTO AL CUERPO. Esa persona se ha convertido en su propio ídolo. La Biblia nos advierte que no seamos vanos o engreídos: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a el mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Filipenses 2:3-4).

Estamos viviendo en una sociedad altamente hedonista, materialista, competitiva y obsesionada con la apariencia del cuerpo. Hay una proliferación de Gimnasios, dietas, masajes, cirugías, tatuajes, exhibición del cuerpo (los senos), bronceado artificial, escotes bajitos, pantalones y faldas talle bajito, etc. El diablo ha provocado que el hombre y la mujer actual idolatren su cuerpo; y esta influencia ha pasado hasta los creyentes; ahora bien, los creyentes no debemos ser empujados por la cultura o por la moda; porque lo que hoy puede ser un simple levantamiento del busto, mañana será otra cosa; es por eso que San Juan nos advierte: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no esta en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:15-17).

De manera, que la gran mayoría de las cirugías estéticas ¿Quién la pide? ¿La pide el espíritu o la carne? ¿Cristo o mi carne? ¿Me preocupo más por mi apariencia física que por mi apariencia espiritual? ¿Si me arreglo algo ahora joven, como me sentiría cuando envejezca?

Lo más importante que debe hacerse antes de tomar la decisión de someterse a una cirugía plástica es consultar a Dios. Dios se interesa en cada uno de nuestros problemas (1 Pedro 5:7). Dios nos dará su dirección y nos ayudara con nuestra autoestima, la Biblia dice: “Engañosa es la gracia y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, esa será alabada” (Proverbios 31:30).

VANIDAD. Aun con el cirujano plástico más hábil, no se puede detener el paso del tiempo, y todas las cirugías cosméticas eventualmente llegaran al mismo resultado: el envejecimiento. Aquellas partes del cuerpo que fueron levantadas, se colgaran de nuevo y aquellos rasgos faciales que fueron alterados cosméticamente, eventualmente se arrugaran. Es mejor esforzarse en embellecer lo interior: “Vuestro atavió… sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios” (1 Pedro 3:4)

Algo más, la gran mayoría de las cirugías plásticas se llevan a cabo como un intento por llenar vacios emocionales de maneras físicas, para atraer la atención o para buscar la aprobación de los demás. Hay algunos casos, en que hay ligeras anormalidades que hacen sentir a algunos incómodos con ellos mismos, tales como una nariz deformada o muy grande, la obesidad, entre otros: debemos observar esto en una perspectiva un poco diferente, pues hay factores especiales que llevan a la gente a someterse a ciertos procedimientos estéticos. Veamos:

LA RINOPLASTIA (corrección estética de la nariz). Las personas que tienen una nariz deforme o muy grande, frecuentemente, sienten una muy baja autoestima. Esta baja autoestima proviene principalmente de la niñez (es objeto de burla). Los padres tienen una gran responsabilidad en los hijos que tienen un defecto estético así (si se considera un defecto), ellos deben alimentar la autoestima y orar al Señor para que las burlas en las escuelas o en su medio, no le estorben. Ahora bien; en el caso de que su autoestima haya lastimada por su familia, sus padres, sus amigos; la persona debe orar mucho al Señor para que le ayude a fortalecer su vida emocional, y si se va a someter a una rinoplastia, que pida mucha dirección al Señor.

LIPOSUCCION. O lipoaspiracion es una tecnología sanitaria que se utiliza para la extracción de grasas o tejido adiposo de ciertos sitios del cuerpo. Muchos han utilizado este procedimiento para remodelar su silueta y otros para fines sanitarios (para lo cual fue inventado en el 1974). Es una de las opciones que son utilizadas para combatir la obesidad, ya sea exógena o endógena. En el caso de una persona muy obesa, en donde los ejercicios y las dietas sean un fuerte inconveniente que enfrentar (los ejercicios y las dietas es lo mejor para enfrentar la obesidad), creemos que no es del todo condenable someterse a este procedimiento; sin embargo, debe también considerarse la intervención de Dios primeramente. También están las cirugías restrictivas y absorsivas, o sea: la banda gástrica, la gastroplastia, el By Pass. Estas cirugías son mucho más complicadas, además de que no todas las personas son tributarias de estas cirugías; incluyendo también, de que, el que someta a esto, deberá de transitar por un camino diferente en su vida. También es importante la dirección de Dios aquí. Claro, no lleguemos a ese nivel, cuidemos nuestro cuerpo ahora que podemos, y los que están aumentando mucho de peso, sométanse a un régimen de cuidado y de disciplina alimenticia, recordemos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu (1 Cor. 6:19).
Ante toda circunstancia o condición en la que estemos, nuestra imagen externa no es más importante que nuestra apariencia interna. No debemos dejarnos llevar por la vanidad, ni por el hedonismo de esta sociedad. El Señor deberá ser nuestra meta, nuestro centro; nuestro corazón deberá estar lleno del Espíritu Santo (“donde este vuestro tesoro, allí estará su corazón”). Dios puede sanar nuestras emociones, puede levantar nuestra baja autoestima que nos incline a un procedimiento quirúrgico para simplemente vernos mejor físicamente (no se trata de una prótesis, lo cual no conlleva bisturí), se trata de cirugías estéticas que buscan llenar vacios emocionales.
Creo que a Dios le desagrada que invirtamos nuestros bienes en cosas pasajeras, tanta necesidad en la obra del Señor, y alguien preocupándose por levantarse los senos, por inyectarse botox, por arreglarse los glúteos, por tener una cinturita de avispa, por taparse las arrugas, por levantarse los parpados; no no no, Dios le pedirá cuenta.
MINISTRO HILARIO BALIO

8 comentarios:

  1. Excelente me parece un texto muy acertado...y muy real...hay q mirar las intenciones del corazón...y saber q el Dios q pudo quitar jorobas, poner orejas, levantar muertos, liberar demonios, y darnos salvación no le es nada difícil ni imposible...no confiar primero en el hombre antes q en Dios!!!

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  2. Tengo una pregunta,,, que hay de una persona que antes de haberse convertido al Señor se haya realizado una operación estética como la rinoplastia o aumento del busto o gluteos, o cualquier otra intervensión quirurgica de éste tipo???

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    1. Realmente, ya no pasa nada, dice la Biblia que somos nuevas criaturas en Cristo (2 Corintios 5:17). Simplemente seguir asi y servir al Señor sin ningun tipo de cargas, ya Cristo las llevó

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  3. Yo soy cosmiatra y no por eso dejo de amar menos a Cristo, al contrario,lo amo con todo mi corazon, y considero que nuestro cuerpo es templo del Espiritu Santo, por lo tanto que impide que lo mejoremos o lo cuidemos, pienso que no es pecado, si Cristo esta primero, considero que el pecado arrastra a otros, y el querer verse un poco mejor esteticamente no hace mal a nadie, podemos ser cristianos que no hagamos nada por mejorar, y tampoco tener a Cristo primero en su vida.Esta es mi humilde opinion.

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    1. Linda palabras yo también amo a Dios pero por mis embarazos y una condición física que tengo en mi oreja quiero hacerme un procedimiento y Dios sabe mi corazón Dios le bendiga Dios es primero en todo la gloria w Ed a para Dios

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  4. Perdon me salio el perfil de mi marido, en realidad mi nombre es Liliana y yo hice el comentario arriba mencionado.Gracias.

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  5. Las persona q estan en el mundo y se hacen algún procedimiento desde achicar el estómago o la lipo cambian yvsw vuelven peores porque

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